El Monitoreo de Presión de Neumáticos (TPMS, por sus siglas en inglés: Tire Pressure Monitoring System) es sistema de vital importancia, ya que ayuda a mantener la seguridad y el rendimiento de un vehículo. Este sistema está diseñado para supervisar constantemente la presión de aire de los neumáticos y alertar al conductor cuando hay algún problema que necesite atención. Los modelos de FIAT en Venezuela cuentan con esta tecnología de modo que los usuarios tengan una experiencia de conducción más segura. Así que, a continuación, vamos a explorar en detalle qué es un TPMS, cómo funciona, por qué es importante, y los diferentes tipos de sistemas que existen.
¿Qué es el TPMS?
El TPMS es un sistema que monitorean la presión de los neumáticos y envían estos datos a la computadora de a bordo. Su objetivo principal es alertar al conductor cuando la presión de los neumáticos es demasiado baja o demasiado alta. El TPMS apareció por primera vez en carros de lujo en Europa en la década de 1980, y desde entonces se ha convertido en una característica común en la mayoría de los automóviles modernos.
¿Cómo funciona el TPMS?
Tal como su nombre lo indica, el TPMS funciona monitoreando la presión de aire en las llantas mediante sensores ubicados en las ruedas del carro. Estos sensores miden la presión y la temperatura de los neumáticos y transmiten los datos a la computadora del vehículo. La computadora, a su vez, compara estos datos con los niveles de presión recomendados para el auto. Si la presión de las llantas cae por debajo o sube por encima del rango recomendado, el sistema activa una alerta visual, generalmente una luz de advertencia en el tablero del carro.
Cuando se enciende esta luz de advertencia, indica al conductor que debe revisar la presión de los neumáticos y tomar las medidas necesarias, como inflarlos o desinflarlos según sea necesario. Así, el TPMS permite una supervisión constante de las condiciones de los neumáticos, ayudando a mantener un nivel óptimo de presión para mejorar la seguridad en la vía.
Importancia del TPMS
Ahora que entendemos qué es y cómo funciona, hablemos de las razones por las cuales el TPMS es fundamental:
- Mientras conduces, puedes recibir una alerta temprana sobre problemas de presión en los neumáticos, lo que contribuye a prevenir accidentes causados por una conducción inestable.
- Al alertar al conductor sobre problemas de presión, el TPMS reduce el riesgo de que una llanta se reviente u ocurran otros problemas graves que puedan provocar accidentes.
- Una presión adecuada asegura que los neumáticos no se desgasten de manera desigual.
- Neumáticos con la presión correcta permiten una conducción más eficiente, lo que se traduce en un menor consumo de combustible.
- Por último, pero no menos importante, los neumáticos bien inflados proporcionan un mejor control y rendimiento de frenado.
Tipos de TPMS
Existen dos tipos principales de sistemas TPMS: Directo (dTPMS) e Indirecto (iTPMS), cada uno con su propio método de funcionamiento.
1. TPMS Directo (dTPMS)
El sistema TPMS directo emplea sensores instalados dentro de cada neumático para medir con precisión la presión de aire. Estos sensores, alimentados por baterías, transmiten los datos directamente a la computadora de a bordo del vehículo. Gracias a su alta precisión, el sistema puede identificar problemas en cada neumático de forma individual.
2. TPMS Indirecto (iTPMS)
El sistema TPMS indirecto, en cambio, no utiliza sensores de presión física. En su lugar, este sistema evalúa y combina datos de otros sensores del vehículo, como los de los frenos ABS, para estimar la presión de los neumáticos. Utiliza la velocidad de rotación de las ruedas para inferir cambios en la presión; si una rueda gira más rápido de lo normal, el sistema asume que el neumático está desinflado.
El Sistema de Monitoreo de Presión de Neumáticos (TPMS) es una herramienta esencial para la seguridad vial y el mantenimiento adecuado del auto. Al mantener la presión de los neumáticos en niveles óptimos, ayuda a prolongar la vida útil de los neumáticos, mejorar la eficiencia del combustible y, lo más importante, proteger a los ocupantes del vehículo al reducir el riesgo de accidentes.